domingo, 29 de mayo de 2016

Arquitectura civil medieval

Ya hace unos días limpiaron una fachada del casco histórico, concretamente de la Calle de San Ignacio de Loyola, antes S. José a San Martín, junto a la antigua puerta de la muralla que por su situación se llamaba de San Martín. Es una operación para descubrir unas fachadas de edificios ruinosos que han sido adquiridos por la Fundación Adrastus para su proyecto de Arévalo. Una costumbre esta de descubrir que debería haber acompañado a otras muchas fachadas de nuestra arquitectura popular, porque las modas cambiantes las fueron enfoscando y con ello tapaban su arquitectura originaria y característica de este núcleo urbano que se corresponde con esta antigua “ciudad mudéjar”. Claro está, era más fácil y más barato que restaurar ‒siempre lo barato‒, y devolver a su fisonomía original una arquitectura con personalidad propia.
Hace un tiempo se descubrió otra fachada semejante y medianera de esta, de ello publiqué un artículo en estas mismas páginas, muy importante porque en esa maltrecha fachada aparecieron dos arcos de herradura, obra musulmana o de alarifes que se quedaron en esta antigua villa. Fue un hallazgo de mucho interés en una arquitectura nuestra que siendo mudéjar, no es árabe, no tiene vestigios de arte musulmán, aunque nuestro mudéjar esté tan influenciado por él. Solo ese hallazgo habría sido suficiente para encender las alarmas oficiales y de los responsables del patrimonio. No se debería haber derribado ningún edificio antiguo sin antes examinar sus características y valores.
En este nuevo caso de sorpresa que nos acaba de aparecer, encontramos otras dos nuevas ventanitas enmarcadas en alfil y en este caso de medio punto, no son de herradura, pero sí son muy semejantes a las vecinas y colindantes. Dos edificios diferentes pero semejantes. Este tiene además otra importante característica, que en él están los restos de una puerta de arco de medio punto, de baquetón y bocel, de estilo románico y semejante a esas conocidas de las canonjías segovianas. En el derribo del cine Cervantes se desmontó este arco y se “perdieron” algunas de sus piedras y ha sido integrada en el nuevo edificio del Mirador del Adaja. Mucha historia y muchos avatares que casi siempre han ido en contra de nuestros restos históricos, restos importantes porque nos marcan un sitio y una época en el callejero de la ciudad histórica y nos hablan de pautas constructivas elocuentes del desarrollo urbano de nuestra importante villa medieval, una Edad Media camuflada y distraída entre las pérdidas y los derribos.
Hoy este nuevo hallazgo de nuestra arquitectura popular nos muestra y señala en su sitio una fachada medieval, del s. XII-XIII, pegada a otro edificio del s. XIII-XIV en una de las principales vías urbanas, a la entrada de la puerta de San Martín, hacia la Plaza de la Villa, el centro histórico y enlazaba con la antigua Calle Real hacia la puerta y puente del río Adaja, otra de las arterias principales, sin duda calle importante.
“Arévalo, ciudad mudéjar” una definición que está en la antigua arquitectura, y no solo en nuestras iglesias con sus emblemáticas torres, nuestras murallas y nuestros puentes. Está presente en toda la ciudad, en lo que ha sobrevivido de tanta calamidad histórica y del maltrato humano.
Entre tanto, un negocio tradicional muy característico desaparece… ¡por falta de trabajo! Un tejar especializado en la elaboración de nuestro tradicional ladrillo mudéjar. Venía sobreviviendo con su venta externa, menospreciado en su propia ciudad, la llamada mudéjar que, despreciando sus manifacturas ladrilleras, pone en sus nuevos edificios ladrillos de cualquier latitud, lo mismo da porque iban a ser revocados. Por cierto, que gran reportaje de nuestra Maite Rodríguez sobre este tema el pasado domingo…
Ahora lo lamentamos y le echaremos de menos aún más cuando ya no esté. Este es nuestro sino, nuestra directriz demasiadas veces repetida, arrinconar lo nuestro por las modas ajenas… ¡Qué pena!
Texto: RICARDO GUERRA SANCHO - Cronista Oficial de la Ciudad de Arévalo  

No hay comentarios:

Publicar un comentario