En una cálida noche del mes de julio nos propusimos fotografiar la vía láctea.
Era la noche predestinada para el estreno de mi mi nueva cámara Canon, y nada mejor y a la altura de la misma, que el intentar plasmar una de las joyas cumbres del arte mudéjar, como es la Ermita de la Lugareja de Arévalo, y como telón de fondo la impresionante vía láctea. Espero que os guste el resultado, aunque habrá que intentar mejorarlo, es un lugar muy cercano al casco urbano y con una gran contaminación lumínica procedente de la urbanización de Párraces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario